Recursos para afrontar la soledad con sanidad
La soledad constituye una herramienta eficaz para desconectarnos de tanta hiperactividad e hiperconectividad que a menudo saturan nuestra vida. Desde ese encuentro con la soledad se nos permite estar más presentes, reestablecer prioridades y recuperar una perspectiva más adecuada.
Abrazar la soledad implica dejar de luchar contra un constante estado de agitación y tensión que a veces nos agobia; asumir con naturalidad que la soledad nos visitará en algunos períodos de la vida y que estará presente en ciertos momentos, ya que es algo común a nuestra condición humana.
Abrazar la soledad nos enseñará a obtener la mejor versión de nosotros mismos, llegando a disfrutar de una plena autonomía. Y ello nos capacitará para llevar una vida más autosuficiente y satisfactoria, tanto organizativa como emocionalmente.
Abrazar la soledad nos aportará sanidad. Por una parte, permitirá que nuestra mente se relaje y descanse en medio de la fatiga sensorial y ambiental en que nos toca vivir. Por otra, nos ayudará a crear un entorno de reflexión y valoración serena para nuestra vida.
Los cinco consejos que propongo están insertados y argumentados en el libro:
1. El primero es, sin duda, no huir de la soledad, sino afrontarla, verbalizarla y gestionarla de forma sana. Hay mucha riqueza, creatividad y profundidad en y a través de la soledad.
2. El segundo sería que no derive en patología; que no nos haga vivir inmersos en la ansiedad, en la depresión, en la adicción.
3. El tercero, que no provoque un aislamiento. El aislamiento solo añade sufrimiento e incluso degradación física, cognitiva y emocional.
4. El cuarto tendría que ver con la esperanza. Nunca des-esperar, dejar de esperar un cambio, una salida, una mejora cualitativa de nuestra vida.
5. El quinto, creer que nunca estamos realmente solos. Existe un Dios personal y cercano para todos aquellos que le buscan, capaz de sobrellevar nuestro dolor y volver a abrir caminos en medio de nuestra soledad.